Sorprende en el mundo el caso de un hombre que parece tener super anticuerpos contra el coronavirus lo que lo ha transformado en una esperanza para los científicos.
Jhon Hollis un escritor de 54 años había atribuido a la suerte, el hecho de no contagiarse de su compañero de apartamento pero luego se descubrió que tiene anticuerpos especiales capaces de fulminar el virus, lo que lo ha transformado en punto de mira de los científicos.
Hollis había dicho de manera casual que había estado en convivencia con una persona muy enferma, lo que llegó a oídos de un médico de la Universidad George Mason de Estados Unidos, donde Hollis trabaja en tareas de comunicación. Así se descubrió que su cuerpo tenía una resistencia especial que le transformaba permanentemente en inmune a la enfermedad, no sólo los virus del COVID, sino todos los demás, es decir que los virus entraban en su cuerpo pero no lograban infectar sus células. La sangre de Hollis es considerada ahora una mina de oro para estudiar diversas formas de atacar los virus. Los anticuerpos son tan potentes que la sangre del escritor es inmune a todas las nuevas variantes del coronavirus y hasta se podrían diluir sus anticuerpos al 1 por 1.000 y aún así seguiría matando el 99% de los virus, dicen los médicos, que analizan la característica genética de este hombre de color, que está en la mira de todos los científicos.
Lance Liotta profesor de la Universidad Mason donde Hollis trabaja en tareas de comunicación, invitó a Hollis a participar como voluntario en un estudio científico sobre el virus, que se estaba desarrollando en ese momento. Allí descubrió que su cuerpo tenía super anticuerpos que le hacían permanentemente inmune a la enfermedad, considerando que ahora es una mina de oro para estudiar diferntes formas de atacar el virus.
En la mayoría de las personas los anticuerpos que se generan para combatir el virus atacan las proteínas de las espículas del coronavirus, formaciones puntiagudas en la superficie del SARS-COV-2 que le ayuda a infectar las células humanas. Los anticuerpos del paciente se adhieren a las espículas y el virus no puede pegarse a las células e infectarlas, dice Liotta. El problema es que cuando una persona entra en contacto con el virus por primera vez, su organismo tarda en producir estos anticuerpos específicos, lo que permite la propagación del virus, pero los anticuerpos de Hollis son distintos: atacan varias partes del virus y lo eliminan rápidamente y son tan potentes que Hollis es inmune incluso a las nuevas variantes del coronavirus.
Los científicos están estudiando estos super anticuerpos con la esperanza de aprender a mejorar las vacunas contra la enfermedad. El propio Hollis opina que sabe que no es la única persona que tiene anticuerpos de este tipo, pero "soy -dice- una de las pocas personas a quien se le ha descubierto".